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7/7/11

Matemáticas...

Desde sus primeros años de estudio el ser humano comienza a enfrentarse con expresiones de rechazo ante la materia(en una primera instancia de sus progenitores), tales como: "Yo no serví para la matemática, saliste a mí", "odio las matemáticas, pregúntame de otra cosa". Los estudiantes, por su lado, hacen comentarios tales como: "¿Por qué hay que estudiar matemáticas?" "¿Para qué quiero saber el área de un triángulo?" "No entiendo, nos enseñan una matemática tan difícil y lo único que vamos a usar en la vida es suma, resta, multiplicación, división, y para eso está la calculadora". Por otro lado, el profesor de matemática, en particular el de educación secundaria, debe sobrevivir a un promedio de ocho horas de trabajo de aula diarias, lo cual convierte al docente en un "dador de clase", dicta, copia en la pizarra, corrige rápidamente, elabora los exámenes sin jerarquizar las preguntas y asignaciones tomadas directamente de un libro de texto.

¿Será a caso que siempre debe ser así?, ¿Podremos darle un giro a esta situación?...

La respuesta en cada uno de nosotros y la forma en la que queramos visualizar nuestro propio actuar para alcanzar las metas que nos propongamos; así que hay que tener en cuanta que: 
¡SIEMPRE HAY QUE MEJORAR!